Ficha técnica
Título: Fantasmáticas (Comedia
de exorcismo teatral)
Actrices: Katy Moya, Ruth Ovin y
Estela Díaz
Escenografía: Tania Leyes y Maureen
Rotman
Vestuario y Maquillaje: Mónica
Calvo
Operador de Iluminación:
Facundo Cersesimo
Asistente Técnico: Pilar Murcia
Asistente Técnico: Pilar Murcia
Asistente de dramaturgia y dirección: Fabricio Montilla
Texto y Dirección: Tania Leyes
El tiempo no para.
Gustavo Cordera
Tres mujeres en un teatro en ruinas
ensayan una obra de vampiros. Tres mujeres que, además, tienen cada una un
sueño distinto y un pasado en común: la vida en el teatro. Las tres han
sido/son actrices. Y las tres recuerdan.
El tiempo es el eje que sostiene
las acciones de los personajes. Y, a la vez, cada una de ellas, encarna un
tiempo diferente que se traduce en sus deseos a futuro y en su forma de ver el
pasado. Eunice (Katy Moya) vive su pasado teatral como un presente: ella quiere
seguir actuando. En cambio, Esmeralda (Ruth Ovin) considera que su trabajo en
el teatro es lejano y acepta que no volverá: su deseo es morir. Por último, para
Estrella (Estela Díaz), el teatro es el pasado y su futuro está en la
tranquilidad de un nuevo hogar.
La experiencia (Esmeralda), la
esperanza (Eunice) y la inocencia (Estrella) conviven en este edificio en
ruinas en ropa de cama y sobre una escenografía que dibuja una existencia
residual. Con respecto a la actuación, la experiencia y la esperanza, serias,
están encaradas a partir de un registro de actuación más cercano a lo
dramático, con una construcción del personaje desde los sentimientos; en
cambio, Estrella posee la mirada inocente del clown, construida como la que
hace los golpes cómicos y, también, como “el bobo”. Es el bobo, y sin embargo,
sus sueños no son burlados en la misma acción. El bobo sueña, es capaz de ver y
buscar un futuro mejor.
Con respecto a la escenografía,
cada elemento que conforma la escena está construido, de cierto modo, como una
paradoja. Son objetos que seguramente han sido usados en espectáculos
anteriores y que ahora, en el presente de la acción, son de uso cotidiano. Sin
embargo, desde el punto de vista del espectador, los elementos conforman la
escenografía.
Y esta paradoja se extiende
hacia la obra en general. Los espectadores nos encontramos frente a un
escenario que nos muestra su otra cara, las bambalinas. Un espacio que
generalmente permanece oculto al espectador. La puesta no es un espectáculo,
las actrices no están brindando una función, sino que se nos muestra lo más
íntimo de ese teatro que habitan: los tapizados rasgados, las plataformas
desordenadas y los telones sucios. Un teatro del cual imaginamos su pasado
esplendor. Un teatro que devuelve lo que ellas le dieron. Un teatro que
representa a estos tres personajes.
Dana
Botti
Benjamín
Slavutzky