jueves, 2 de diciembre de 2010

El teatro que reflexiona sobre la inocencia

Ficha Técnica

Obra: Un país inocente

Grupo: Ciertas mujeres de Teatro de Arte

Autora: Tania Leyes

Actúan: Mónica Calvo, Katy Moya, Pilar Murcia y Ruth Ovin

Técnica: Romina Martín

Músico: Fabricio Montilla

Dirección: Tania Leyes

Ayudante de dirección: Estela Rodríguez

Desde una pequeña habitación, cuatro lucecitas alumbran la oscuridad de una sociedad cruel, necia y banal. La historia sangrienta y perturbadora de nuestro país es mostrada a partir de la ternura femenina. Un relato poético que requiere de la cercanía, de los necesarios sonidos referenciales, de una precisa cuota de luz y una intimidad que solo la afectividad puede revelar. Un país inocente es todo eso y más.

Esta obra propone una búsqueda en nuestra historia desde la capacidad de amar de cuatro mujeres. Personajes llenos de enigmas que ahondan en su ser femenino, y reflexionan sobre las formas de la protección. Tania Leyes, la autora, compromete desde la palabra las acciones de sus actores; aunque el trabajo actoral deja ver diferencias entre las experiencias de las actrices. Digamos a favor, que cada uno de los personajes ha logrado el contraste anímico que requiere la trama. Las actuaciones basadas en una sencillez expresiva, despliegan humanidad y logran en conjunto un equilibrio donde gana la ternura. Mónica Calvo moviliza emociones desde Daniela, un personaje hermoso, bien construido, con una voz encontrada que rearma la estremecedora historia del país. Katy Moya, Martha, la madre, se encuentra en el difícil trance de representar la guía del refugio y la dureza de salvar a las demás por amor. Ruth Ovin, Nora, con una dulce gestualidad y toques de humor. Pilar Murcia, Graciela, quien anima y arriesga armar un personaje impaciente por vivir. Desde lo efímero de toda construcción actoral, estas actrices no dejan de estar atentas a la propia vida de la puesta. ¿Y qué obra no está expuesta a los límites de su propia teatralidad? Así este trabajo redescubre el mundo de lo afectivo y lo volátil enfrentado a la muerte, mientras que sus actrices dan forma y cuerpo a lo inconmensurable del miedo. Estas mujeres (estos personajes) nos entregan pequeños deslumbramientos (aún entre las fluctuaciones de las actuaciones) y aquí reside su carácter teatral. Cuatro actrices que titilan, con sus más y sus menos, durante unos momentos. Qué bonita forma de buscar en la realidad.

Todo este trabajo, es justo decirlo, está dirigido con celo por Tania Leyes. Quien ha buscado encontrar en el repudio a lo criminal de la historia argentina la ternura de los pequeños seres que la sufren. La obra plantea una breve historia que nos habla desde los vestigios de la afectividad y su representación escénica. A su vez, cierto carácter visual afirma la narración interior, trazos de una realidad que como mundo es casi desconocida, la experiencia del exilio interior, del autoaislamiento. Lo que entendemos por significado teatral se ve cohesionado por una historia y una representación que está oculta en una retórica de la interioridad. Esos personajes, esos cuerpos de mujer, reescriben los silencios del dolor, el propio y el social, y lo significan en imágenes de la ternura.

Por otra parte, existe al interior del movimiento teatral sanjuanino un proceso de maduración que lleva a producir obras que, como Un país inocente, fueron necesarias en el pasado de nuestra provincia, pero que no estuvieron (por obvias razones o no) y ese pasado tiende a completarse en un camino tardío, pero ineludible. ¿No hay algo de esto en el Festival por la Memoria?Toda la estética ligada a la cooperativa Teatro de Arte está en este proceso. Ver esta puesta, es leerla en el sentido de una transformación que involucra otros crecimientos y gestaciones del movimiento teatral local y de las estéticas que conviven en él. La Cooperativa Teatro de Arte es un pequeño laboratorio que con fragilidad prueba textos y actores, discursos y técnicas. Así, cuando se pida audacia y fuerza de rasgos a las obras locales, pensemos en el abanico generacional de nuestro teatro, en sus tiempos y posibilidades.

Jorge Fernández

1 comentario:

  1. Decir gracias a una crítica es caer quizás en una trampa, pero decimos "gracias" por reconocer en nuestro trabajo esos secretos, esas humildes aspiraciones, gracias Jorge, gracias Dicdra.

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