domingo, 23 de noviembre de 2014

"Fumando espero al hombre a quien yo quiero..."

Ficha técnica

Obra: Fedra en karaoke
Grupo: Teatro el Bardo (Entre Ríos)
Autoría: Valeria Folini y Juan Kohner
Actuación: Juan Kohner
Asistencia de dirección: Gaby Trevisani
Dirección: Valeria Folini

El público hace su ingreso a la sala mientras el presentador/anfitrión de la fiesta karaoke nos da la bienvenida. Manifiesta su emoción por la función y porque después de mucho tiempo se reencontrará con su padre. A la izquierda, el micrófono y un atril, a la derecha del escenario, un tocador que se asemeja a un camarín. Una invitación al público para que se acerque al escenario a cantar y suenan los acordes de una que nos sabemos todos: “Loco” de Andrés Calamaro. Aplausos. Clima festivo.
Desaparece tras el espejo y aparece Fedra. Bata con plumas y un turbante en la cabeza. Espera a su amor, a un amor que no llega y, mientras tanto, nos canta su dolor, a partir de ahí comienza una parodia de un melodrama que continúa hasta el final. Fedra invitó a su amado, al que no puede nombrar, a la fiesta karaoke pero él sigue sin aparecer; este rechazo, entre risas y lágrimas, cierra el cuadro: vuelve a esconderse tras el espejo. Suicidio. El actor comienza a transformarse mediante el cambio de vestuario en un hombre formal, Teseo: viste traje y cambia sus tacos por calzado masculino. Espera a su esposa, Fedra, mientras tanto le canta boleros y la busca entre el público pero ella no está.
Kohner despliega toda su habilidad como actor, humorista, cantante mediante cambios de vestuario, modificaciones en su voz, desplazamientos por todo el escenario. Sus personajes masculinos refieren al rol social de la mujer; Teseo, dirigiéndose al público reflexiona sobre la mitología griega: “Zeus quiso castigar al hombre… y mandó a la mujer”. Teseo descubre el suicidio de Fedra y el motivo que la lleva a tomar esa decisión: está enamorada de Hipólito, su hijo.
El drama de los personajes se intercala con la historia del anfitrión de la fiesta con su padre. El celular, elemento que tiene cada vez más presencia en las puestas en escena, interrumpe en más de un momento: su padre avisa que no puede llegar. Fedra en karaoke está pensada para la interacción con el público, el actor/presentador genera un clima de cercanía  con los espectadores, pide aplausos, logra que todos canten.
Por último, el polifacético Kohner, se convierte en Hipólito y tocando la guitarra en vivo le canta a su padre: “Por eso, padre, yo sería incapaz de tocar a tu mujer”. La obra cierra con un monólogo desde el lugar del hijo que cuestiona al padre y lo coloca en un lugar de dios castigador. “Castigador y misericordioso” que finalmente es capaz de perdonar pero no de comprender.
Fedra en karaoke utiliza el mito de este triángulo amoroso para pensar la actualidad, cuestiona la noción de género, la revisa a través del humor para dejar ver la subordinación de lo femenino frente a lo masculino. En este unipersonal, Kohner pone su voz y su corporalidad para mostrar/parodiar el rol femenino y el masculino. De la misma manera, retoma la tragedia llevándonos del amor de Fedra, hasta el odio de Teseo contra su hijo; y la música para saltar de Gilda al bolero; del karaoke a la guitarra eléctrica en vivo. La parodia que realiza este singular actor ridiculiza los roles establecidos por el género, se ríe del supuesto romanticismo que se le atribuye a la mujer y presenta un figura de padre autoritario mediante la mirada del hijo.


Candelaria Torres

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