Ficha técnica
Obra: Medea 99.98º C
Grupo: Lanotannegra Teatro (San Juan)
Autoría: Natacha Saez y Juan Francisco
Lopez Búbica.
Actuación: Lorena López y Javier
Cerimedo.
Asistencia de dirección: Rocío Pérez
Battias.
Dirección: Natacha Sáez

En el campo gestual las expresiones de
Medea son calculadas y macabras, mientras que Jasón a partir de su dolor
manifiesta sus emociones de ira y violencia despiadada contra la impía. La
relación corporal de ambos actores en el espacio escénico evidencia los límites
de su cordura y en una escena su despliegue permite que Medea simule una voz en
off. En cuanto al registro textual que manejan es notoria una disonancia entre
un lenguaje clásico y el actual. Sabemos que representan un mito de la Grecia
Antigua, pero sus discursos por momentos nos demandan una actualización del
problema. También provoca un sentido similar el vestuario: el diseño moderno de
las togas y el tocado con encaje de Medea modernizan la acción.
La iluminación a velas y electricidad, el
registro textual y el vestuario permiten que los espectadores relean el mito
con posibilidad de actualizarlo y de detectar en Medea el arrastre de las
prácticas heteronormativas desde los orígenes de la tragedia clásica occidental
hasta su reinterpretación presente. El pensamiento de que la mujer es una
incubadora humana con incondicional amor a los hijos de su sangre está
naturalizado históricamente. Una vez fecundada por un hombre, su función
indelegable es encargarse del resultado de sus encuentros sexuales. Aquella
mujer que duda de su instinto materno es vigilada y castigada por justicia de
la opinión pública. Medea no sólo mató a sus hijos para conmover a Jasón, sino
que nunca los amó. Los observó gatear y dio su pecho a criaturas que, si bien
salieron de su vientre, ella siempre sintió ajenas. El amor por su compañero
Jasón hizo que diera a luz y el odio por el Jasón infiel motivó la acción que
la condenó a la infamia.
María
Gracia Nebro
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