lunes, 16 de noviembre de 2009

Mostrar lo inmostrable


Obra: A puerta cerrada.

Autor: Jean Paul Sartre.

Director: José Annecchini.

Grupo: Cooperativa teatro de Arte San Juan.

Actúan: Alcira Soria, Andrea Collado, Eduardo Videla y Juan Carlos Vega.

Sala: Centro Cultural Amadeo Conte Grand.

Ficha técnica

Asesoramiento dramatúrgico: Berta Kleingut de Abner

Escenografía: José Annecchini

Diseño de iluminación y sonido: José Annecchini

Puesta en escena y dirección: José Annecchini.


Con altivez se levantan de sus sillas y penetran en el infierno. Son los actores de la Cooperativa Teatro de Arte en el excelente trabajo presentado en la Teatrina 2009. La densidad filosófica del texto de Sartre se hizo comprensible, gracias a las meritorias actuaciones construidas desde un accionar físico apenas objetable. Voces, risas y tonos de un energético naturalismo sumados a una minuciosa gestualidad completaron las psicologías de los lóbregos personajes.

Es el mejor momento de Alcira Soria quien ha alcanzado una madurez interpretativa notable. Su complejo personaje ha sido acertadamente resuelto desde los recursos compositivos de la experiencia teatral. Andrea Collado sorprendió con un personaje de avasallante energía, señalando el ritmo del conjunto, su gestualidad fue de una belleza y equilibrio disfrutable. Eduardo Videla con una actuación sobria, aún perfectible y Juan Carlos Vega comprometido a fondo en el personaje, siempre presente desde las sombras.

Esta obra impresionó gratamente al conducirnos a su comprensión desde la belleza. Este logro se debió a José Annecchini, su director, quien supo construir una estética del develar, desde la inmaterialidad de la luz y con solo las visiones de los personajes, dio forma a una estructura que se transmutó en universo sígnico. Es innegable la labor sobre el texto, y los cuidados que tuvo al plasmarlo. Annecchini demostró la lucidez de su poética de dirección en el nivel de ajuste interno de la puesta, el trabajo compositivo pergeñado con sus actores, con resultados a la vista, una estética distintiva, de sello propio donde este director persigue una fidelidad al teatro de la comprensión. Esto es la noción de compenetrarse con la teatralidad misma, con la intensidad reveladora. Asistimos así a una puesta en escena que permitió ver los discursos encerrados en la crueldad de sus personajes, condición que los actores y su director explotaron con acierto. Un andamiaje metálico vuelto metáfora del des-ocultamiento, una musicalización acorde a esta poética y el trabajo sobre el ritmo de la obra hicieron de esta puesta una muestra ejemplar. Annecchini es un sólido director a la altura del texto elegido.

Jorge Fernández

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