jueves, 3 de diciembre de 2009

El Método Grönholm

Ficha Técnica
Obra: El Método Grönholm
Autor: Jordi Galcerán.
Grupo: Teatro de Arte de San Juan - Jóvenes
Actúan: Nicolás Gomila, Verónica Collado, Iván Ortiz y Ariel Montaña.
Iluminación: Romina Martín
Sonido: Marcelo Olivero
Asistencia de dirección: Pilar Murcia
Puesta en escena y dirección: Juan Carlos Vega

La ausencia de escrúpulos es la base indispensable para todo aquel que hace del exitismo, el eje de su vida. Es por ello que pueden surgir métodos de selección de personal como el que se despliega en El método Grönholm, presentada por el Teatro de Arte de San Juan - Jóvenes, y dirigida por Juan Carlos Vega. Es una comedia que lleva a repensar los límites – si los hay – que rigen la competitividad en el mundo laboral. La obra nos presenta a cuatro aspirantes a un importante cargo en una empresa multinacional, que acuden a una entrevista. Serán evaluados grupalmente a través de sobres anónimos que contienen variadas y hasta absurdas directivas acerca de cómo se irá realizando la selección. Para comenzar, por ejemplo, se les comunica que uno de ellos no es un entrevistado, sino parte del personal de la empresa, y deben descubrir ellos mismos quién es el infiltrado. Entonces, instalada la desconfianza, se hará uso de todas las estrategias posibles para poner en evidencia al otro y a la vez, mostrar las capacidades – astucia, liderazgo – que se busca en un gerente de ventas. Se establece así un juego entre el ser y el parecer que regirá toda la acción de la obra. Nadie es lo que parece, todo accionar se subordina al principal objetivo: ser el elegido al final.

El público se vuelve víctima de este juego de simulaciones. Acompaña a Enrique, Fernando, Mercedes y Carlos en los distintos rumbos que va tomando la intriga, hasta la última vuelta de tuerca que contiene el desenlace. Lo interesante es que desde el principio hubo alguien que siempre supo más que los espectadores y que los personajes: los entrevistadores que, a través de cámaras, siguen cómo se desenvuelven los candidatos para el empleo. En su omnisciencia, ellos pueden acceder a todo tipo de información personal y dirigir la acción de sus personajes-empleados.

El texto es poderoso por la riqueza de sus diálogos, que va desnudando a los personajes en su lucha por el puesto de trabajo que según cada uno, merece. Ofrece a los actores grandes momentos, como el juego de roles, en el cual cada uno debe representar a un payaso, un torero, un político y un obispo respectivamente, interesantes tiradas que sin embargo no son del todo aprovechados desde el punto de vista de la actuación.

Por otra parte, si el texto original hubiera sido adaptado al habla argentina, habría sido lógico el uso del acento español de Carlos al momento de tomar el rol de torero, además de la distancia que se impone para el público sanjuanino con giros como “freír papas”. Y es que la problemática que plantea El método Gronholm es perfectamente adaptable en cualquier lugar del mundo donde las empresas busquen “hijos de puta que parezcan buenas personas”, cínicos que recurran a la mentira y al sentimentalismo para ganar, y más tarde, para vender.

Daniela Ortiz

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